Restaurante La Sandunga

Cuando llegas al Restaurante La Sanduga lo primero que te llama la atención es su calidez y lo acogedor que resulta. Su chimenea, encendida en las noches más frías, es espectacular. Nos gusta mucho su decoración, con esa mezcla entre clásico y moderno. ¡Precioso lugar!

El servicio es profesional, amable y cercano pero sin caer en el exceso de atención.
¿No te gusta sentirte cómodo y bien atendido? En la Sanduga te aseguro que lo estarás.

Nos reciben con unos aperitivos de cortesía muy ricos y acompañamos la cena con un buen vino.
No es la primera vez que estamos en el Restaurante, y aún tenemos un gran recuerdo del Calamar tallado a la plancha con arroz negro cremoso alioli y aceite de perejil que estaba para chuparse los dedos y un prensado de Cochinillo al horno con membrillo de manzana reineta a la canela y jugo de jengibre (que ya no está en carta) que quitaba el sentido.

Esta vez para no repetir, hemos decidido empezar por los canelones de pasta brick rellenos de rabo de toro con crema de cigalas y puré de papa-tartufo. ¡Qué canelones! … se me hace la boca agua de pensarlo ¡Estaban de muerte!

Continuamos con el costillar de cochino lacado a la brasa con Chimichurri de miel y limón, ¡sin palabras!. Mmm… estaba delicioso, como se separaba la carne del hueso.

Llegaba el turno de los postres y no podíamos irnos sin probar alguno. ¡Qué dificil es elegir uno! Ante la duda, nos dejamos aconsejar y pedimos el flan de queso… que sabor, que textura … ¡Impresionante!.

Aunque nos faltan cositas por probar te podemos decir que sus platos son exquisitos y de gran calidad, y que el sitio tiene muchísimo encanto.

Sin lugar a dudas repetiremos.

Si tienes alguna sugerencia sobre Restaurante La Sandunga no dudes en enviarnos un mensaje y se lo haremos llegar.

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